Este año volvemos otra vez a la Trinidad de Erga, hay un pequeño gran cambio, esta vez no nos quedaremos a dormir, volveremos de noche a casa a dormir calentitos y en blando.
Como siempre subimos desde Aguinaga por la pista.
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Y en un periquete nos plantamos en la Ermita. Después de la foto hay que ponerse en faena. |
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Y haciendo gala de nuestra descomunal habilidad aizkolaristika. |
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Nos ponemos a preparar la leña. |
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Mientras, dentro encienden el fuego. |
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Esto marcha. |
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Y mientras unos fuera nos dejamos el alma y la piel de las manos cortando leña, este hatajo de c....... se ponen a zampar sin avisar. |
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Cuando ya está el fuego en marcha hacemos la ritual subida a la cima. Por supuesto que cuando llegamos arriba a parte de hacer un viento del carajo entra la niebla y no nos deja ver un pimiento. |
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Y cuando bajamos nos encontramos con esto, la chimenea no ha hecho tiro y la legendaria niebla londinense se ha apropiado del refugio. Tenemos que esperar un rato a que se vaya un poco el humo, aun así el pestazo que vamos a echar a partir de ahora va a ser de aúpa. |
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Pero esto lo compensa todo. |
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Y después de la txistorra y la panceta (No hay fotos porque estaba demasiado ocupado zampando). Llega la hora de la partidica, aderezada por unos inesperados gin-tonics. Después de unas cuantas risas y algún que otro juramento, recogemos los trastos y nos vamos para abajo. |
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Cuando bajábamos nos encontramos con esta señorita que estaba esperando su cena. Y colorín colorado, otro año mas que hemos disfrutado. |