332-MUGAGA Y TRINIDAD E ITURGOIEN, desde Riezu.

Wikiloc, me da dos mediciones, una en la ruta realizada y otra en la trazada después, con wypoints, pongo ambas.
Distancia realizada: 21.68 km.
Desnivel realizado: 848 m.
Para ver el track realizado, pincha aquí.

Distancia trazada: 18.45 km
Desnivel trazado: 790 m.
Para ver el track trazado, pincha aquí.

Tiempo empleado: 6 horas 18 min. paradas incluidas.

Hoy me he venido con un amigo hasta Riezu, le he tentado con que me lleve donde quiera y veremos donde me mete este, que es un animal y seguro que me da una paliza.
De momento estoy contento como este caracol, ya veremos que carita tengo cuando bajemos.

Nos metemos en el Barranco del río Ubagua.

Por el que baja una barbaridad de agua.

¿Estas se comen? Mi compañero, experto setero (al menos aún no se ha intoxicado) me dice que no.

Pasamos junto a este puente colgante.

Y no podemos resistirnos a sacarnos unas fotos.

Pasamos junto a esta casa, por lo visto, a la derecha del camino está la Ermita de San Blas, ni idea la verdad.

Seguimos las indicaciones.

Y ahora si, cruzamos este otro puente colgante.

Espectaculares helechos.

Hay setas por todas partes.

Aquí tomamos la dirección de Lezaun, nos hemos puesto las capas porque ha empezado a llover.

El camino tiene tramos muy bonitos.

Toque de color.

Seguimos adelante.

¿Qué es esto blanco? ¿Nieve?.

Parece que si, de hecho a empezado a caer aguanieve.

Salimos del bosque y nos encontramos con las praderas blanqueadas.

Pues si que nieva oyes.

Buzón de la Trinidad de Iturgoyen.

Y un par de inconscientes.

¡Que sale el sol!

Parece que quiere despejar.

Unas fotos antes de largarnos.

¡Hop!

Y allá que vamos.

El suelo de esta zona es curioso, parece que está enlosado.

Cima de Mugaga.

El pantano de Alloz.

Pasamos junto a este pequeño y muy currado cobertizo.

Pocos animales hemos visto, estos caballos y unas vacas siguiendo a un todoterreno.

Este, perdiendo el tiempo mirando el wikiloc, con lo clara que está la flechica que nos marca la dirección.

Definitivamente ha despejado.

Y este gigantesco buitre está oteando, esperemos que no este pensando en transformarnos en su cena.

Vamos bajando y mi amable compañero me enseña la diferencia entre robles y encinas, que yo en mi supina ignorancia desconocía.

Volvemos a atravesar el puente colgante y volvemos a ponernos las capas, que otra vez llueve.

¡Que lastimica!

Y ya estamos casi abajo.
El paseo ha sido precioso pero el bestia este me ha dado una tunda guapa.
Seguro que vuelvo.